50 sombras capitalistas

Normalmente suelo leer ensayos de Filosofía y Teología, aunque me interesan también cuestiones relacionadas con otras ciencias y por eso a veces leo artículos o libros de otros ámbitos del saber. Sin embargo, nunca pensé que acabaría leyendo tanto de economía, concretamente financiera. Si hace unos años alguien me dijera que me iba a leer varios libros sobre las crisis financieras, quizá no le habría creído. Pero sí, así ha sido. Hoy me gustaría contaros cómo acabé en ese punto y compartir algunos de los descubrimientos y de las reflexiones que he hecho al respecto. Como no me caben todos en una entrada, dedicaré varios posts a este tema, ya que, además, creo que tiene bastante importancia (y urgencia, añadiría).

Hace unos siete u ocho años, tenía que hacer un comentario de texto sobre la globalización para la asignatura de Historia Contemporánea, que cursaba en Filosofía. Mi padre, que había trabajado mucho este tema, me facilitó varias lecturas. En una de ellas se hacía referencia al problema de la especulación financiera y el daño que hacía a la economía de muchos países en vías de desarrollo. Alguna vez hablé con él sobre el tema y me explicó un poco cómo funcionaba. El “gusanillo” de la especulación financiera se me quedó ahí: quería entender cómo podía ser posible que las transacciones financieras tuvieran tanto impacto en el mundo y, en concreto, en las crisis.

Al año siguiente, estando de Erasmus en Londres, encontré un libro en una tienda de segunda mano titulado Whoops!: why everyone owes everyone and no one can pay (de John Lanchester). Lo leí un tiempo después, cuando ya había regresado a España. El libro es muy didáctico y te explica de una forma muy sencilla dónde está el meollo de la crisis financiera (que intentaré explicar en una entrada posterior). Me di cuenta de que había una parte de responsabilidad de quien pide préstamos para vivir por encima de sus posibilidades y luego no puede pagarlos, pero otra parte, y casi más importante, de un sistema viciado que multiplica y amplifica los riesgos.

En el último curso de Teología cursé la asignatura de Moral social. En ella se nos proponía elegir un tema, leer dos libros de ese tema a lo largo del curso y hacer un trabajo sobre cada uno. Yo elegí la economía financiera y leí dos libros bastante buenos de cristianos que reflexionaban sobre el sistema financiero capitalista y sobre qué sería necesario hacer para evitar las distorsiones de dicho sistema. Además, los libros hacían referencia a la raíz espiritual de toda la problemática, que de ahí en adelante ocupó mis pensamientos: una vez que entendí, más o menos, lo que estaba pasando, me paré a reflexionar sobre por qué las personas estaban dando lugar a ello, y me di cuenta de que es por un nuevo tipo de idolatría (por fuerte que suene).

Pero no queda ahí la cosa. Últimamente me fijo en comentarios y actitudes de la gente que muestran que el sistema nos ha metido un golazo del que no nos hemos dado ni cuenta (quizá, porque no nos interesa). Se nos han vendido como normales valores y actitudes que no debieran serlo. Para no hacer spoilers, no diré nada más. Sobre esto también escribiré una entrada entera.

Finalmente, acabo de leer un libro que explica la relación entre las crisis financieras de la última década y la política internacional. Ambas están íntimamente relacionadas: a veces una influye en la otra, a veces la otra en la una. El análisis a veces era demasiado técnico para mí, que no tengo mucha formación en este ámbito, pero me quedé con esta idea: nuestra política no se mueve por lo que es mejor para todos (o no siempre, para no sonar tan catastrofista) sino que también pesan -y mucho- las influencias de los movimientos financieros (entre otras muchas cosas).

Después de todo este proceso, me doy cuenta de que “la cuestión financiera” tiene muchas aristas e implicaciones distintas (técnicas, morales, espirituales; económicas, políticas, locales, globales…). Y la “cuestión capitalista”, todavía más. Por eso hablo de las “50 sombras”, aunque seguramente me quedo corta. Mi conclusión es que hemos alimentado un sistema (no solo económico, sino vital) de manera acrítica, sin ponerle límites, que está generando muchas desigualdades y que además nos está haciendo infelices, porque lleva a valorar cosas secundarias descuidando lo que es más importante en la vida. Y el problema es que somos muy acríticos con ello. O nos quejamos, pero acabamos cayendo en lo mismo que criticamos. En parte es entendible, porque cuando vives en sociedad es imposible salirte del sistema… pero podríamos y deberíamos ir aportando más granitos de arena y cambiando las cosas.

En suma, el capitalismo nos ha metido un golazo porque no solo ha conseguido dictar las reglas -injustas- del juego de la economía, sino que nos ha impuesto un sistema de valores que es deshumanizador. Con esta serie de entradas solo pretendo una cosa: que seamos conscientes de que tenemos que ponernos en la portería.

3 comentarios en “50 sombras capitalistas

  1. Querida Marta, enhorabuena por tu post de esta semana. Creo que todos tenemos la obligación desde nuestros ámbitos de responsabilidad, poner de manifiesto lo que hay detrás de muchos de los planteamientos económicos que sustentan los planteamientos que tenemos en la sociedad actual.

    Te agradecería compartieses los títulos de los libros que mencionas.
    Muchas gracias

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    • Muchas gracias, Antonio!
      Te digo a qué libros me refiero:

      John Lanchester, Whoops!: why everyone owes everyone and no one can pay, Allen Lane-Penguin books, London 2010.
      Gaël Giraud, La ilusión financiera, Sal Terrae, Santander 2013.
      Leopoldo Abadía, La crisis ninja y otros misterios de la economía actual, Espasa Calpe, Madrid 2009.
      Especulación financiera y crisis alimentaria, varios autores: de este no tengo ahora la referencia. Era un folleto creo recordar… mi padre te puede dar la referencia seguro, porque me lo dejó él.
      Pierre de Lauzun, Finance: un regard chrétien, Embrasure, 2013.
      Adam Tooze, Crash. Cómo una década de crisis financieras ha cambiado el mundo, Crítica, Barcelona 2018.

      No los he puesto en orden pero la página no me deja ahora editarlos, no sé por qué. El primero que leí fue el folleto ese sobre la crisis alimentaria. Después, el de Lanchester. Para mi asignatura de Moral social trabajé el de Giraud y el de De Lauzun, y complementé la visión con el de Leopoldo Abadía. El que acabo de leer es Crash, de Tooze.
      Un abrazo y gracias por el interés!

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